YOGA SÍNTESIS
ESCUELA FORMATIVA 400 h
LA ESCUELA
YOGA, MEDITACIÓN Y NATURALEZA
LA ESCUELA
UN YOGA ADAPTADO A CADA PERSONA
YOGA PARA LA MEDITACIÓN
MEDITACIÓN SÍNTESIS
ESCUELA DE MONITORES DE MEDITACIÓN
13
Abr
2015
5

Reflexión sobre el Yoga

Durante estos últimos treinta años la práctica del Yoga ha tenido una evolución significativa en nuestra región, y en general en toda Europa. Trayectoria que ha sido desigual con etapas fulgurantes y otras salteadas con períodos de crisis o desorientación.

Los que llevamos muchos años practicando esta ciencia hemos visto como progresivamente el Yoga iba calando en una sociedad que se volvía hacia oriente, especialmente en los primeros tiempos, en busca de nuevas fuentes de espiritualidad, pero también hemos asistido a un descrédito de nuestro hacer dentro del batiburrillo del mercado Nueva Era donde la meditación se mezclaba con la telepatía y los ejercicios con la consecución de resultados fantásticos pero irreales. Este descrédito en parte fue debido a que lo que nos llegaba del lejano oriente llegaba sin filtro, excesivamente ritualista, cargado de hinduismo y mitologías, cuando no de una visión divinizada del maestro en la que se pretendía una sumisión incondicional de sus enseñanzas por parte del discípulo. Agravado todo esto por una sarta de pseudomaestros que en el mejor de los casos estaban sólo a medio cocer.

En el otro lado, no nos hemos de olvidar que occidente siempre ha estado presta a convertir todo en una moda donde lo importante es cambiar por cambiar para combatir el tedio, y también a ciertos modos consumistas donde resulta fácil comprar espiritualidad. Usar y tirar nos ha sido más fácil que profundizar, esforzarnos o implicarnos.

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10
Abr
2015
4

Práctica con corazón

Todo el despliegue de técnicas y métodos, toda la sabiduría de las tradiciones antiguas no tendrían sentido sino hubiera un espacio de práctica donde «realizar» los objetivos propuestos.

Es cierto que las disciplinas de uno u otro signo nos recuerdan, tal vez por nuestra educación escolar, un sentido del deber , una posición férrea, a veces, un tanto rígida. Y lo cierto es que, sobre ésta, nos hemos rebelado tantas y tantas veces.

Cuando se parte desde fuera, cuando la práctica se convierte en un deber, en una exigencia externa o interna aquélla pierde fuerza. Será imposible superar el atolladero del camino porque en el fondo uno está dividido, hay una práctica pero todavía no es «nuestra» práctica.

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10
Abr
2015
1

Buda, Dharma y Sangha

Según dicen las enseñanzas, cuando tomamos refugio en las tres joyas del budismo, estamos actualizando un acto de confianza y entrega en Buda, Dharma y Sangha (dicho en términos más occidentales: Belleza, Verdad y Bondad respectivamente), lo cual significa abrirse a nuestra auténtica naturaleza, que se manifiesta en el exterior como siendo las tres joyas. La devoción o entrega a ellas va disolviendo y purificando las obstrucciones que surgen de identificarnos con nuestro ego. La devoción nos recuerda la humildad ante la inmensidad que nos rodea y nos contiene (“el mar, el tiempo, alrededores de lo que no podemos medir y nos contiene”), pues la escalera de la vida carece fundamentalmente de un “yo”, ya que ninguno de sus peldaños posee una sensación de identidad inherente, sino que es el “yo” quien se identifica con los peldaños, generando ese apego y rechazo que va configurando los estadios de desarrollo del ego. Y así es hasta que finalmente -en un salto al vacío- el yo deja de lado la escalera: dentro y fuera, sujeto y objeto, forma y vacuidad… pierden entonces todo su significado.
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10
Abr
2015
3

Meditación para niños

Los adultos, hoy en día, en nuestra sociedad, parece que nos hemos subido a un tiovivo que va a toda velocidad y que somos, la mayoría de las veces, incapaces de frenar. Este tiovivo está lleno de actividades y de responsabilidades, de proyectos con una agenda apretadísima. Bastaría, para salir de esa espiral, sentarse tranquilamente, cerrar los ojos y empezar a respirar con el vientre, saboreando cada sorbo de aire. Entonces el lago agitado de nuestra mente se iría calmando y podríamos ver el fondo. Esto es, en esencia, la meditación, la posibilidad de poder descansar en lo hondo de lo que somos, aquello que ha permanecido a lo largo de toda nuestra biografía incondicionado.
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8
Abr
2015
2

Canto de mí mismo

Yo he dicho que el alma no es más que el cuerpo,

y he dicho que el cuerpo no es más que el alma,

y que nadie, ni Dios, es mayor para uno de lo que

uno mismo es,

y que quien camina un estadio sin compasión camina

a su propio funeral metido en su mortaja,

y que yo y tú sin un céntimo podemos conseguir lo

mejor de la tierra,

y que mirar con un solo ojo o mostrar una habichuela

en su vaina confunde la sabiduría de todos

los tiempos,

y que no hay oficio ni empleo en que el joven que lo

ejerza no pueda convertirse en héroe,

y que no hay objeto tan frágil que no pueda servir de

eje a la rueda del universo,

y digo a todo hombre o mujer: que tu alma se alce

tranquila y serena ante un millón de universos.

(…………………………………………………………..)

Oigo y contemplo a Dios en cada objeto, aunque no

comprenda a Dios lo más mínimo,

ni comprenda quién pueda haber más maravilloso

que yo mismo.

¿Por qué desearía ver a Dios mejor que hoy?

Veo algo de Dios cada hora de las veinticuatro, y

cada momento también, en los rostros de los

hombres y mujeres veo a Dios, y en mi

propio rostro en el espejo,

encuentro cartas de Dios tiradas en la calle, y todas

están firmadas por el nombre de Dios,

y las dejo donde están, porque sé que por donde

vaya

otras llegarán puntualmente por todos los siempres

de los siempres.

Fragmento del Canto de mí mismo. Walt Whitman. Ed. Edaf

6
Abr
2015
1

Meditación: Muerte

Ya habíamos dicho que la meditación es una especie de trampa: entramos pensando en idealidades y nos encontramos justo lo contrario: con las realidades, con la sombra que no queríamos ver. Buscamos experiencias extraordinarias y cosechamos frustraciones. Queremos encontrar un oasis de paz y no dejamos de rememorar los problemas que habíamos querido dejar en la puerta de la sala. No es de extrañar que muchos salgan corriendo después de una breve experiencia meditativa.

Las plantas carnívoras son muy atractivas, de bellos colores y dulces aromas, pero en su interior esconden jugos corrosivos. Hay, es cierto, una aureola de santidad alrededor de la meditación, pero es una artimaña para cazar vanidades. Cuando estamos dentro, suena la caracola de la guerra. Podemos decir que la meditación es la guerra santa contra el ego; la conciencia es prisionera casi todo el tiempo del ego y tenemos que liberarla.

Cuando el ego está en su salsa, es todo movimiento, gesticulación, palabrería, extraversión y manipulación de la realidad que tiene más a mano. Como si fuera un titiritero, el ego mueve ojos, lengua, cabeza y manos, todo lo que le ayude a tener un mejor control de la situación. Esta percepción nos lleva a comprender mejor la estrategia de la postura meditativa, que simula la muerte.

La postura meditativa nos obliga casi siempre a estar inmóviles, con la manos plegadas en algún gesto simbólico, con los ojos cerrados o semicerrados y con la lengua vuelta hacia el paladar. Casi parece que no respiráramos, que estuviéramos al otro lado de la vida.

Tras unos minutos de curioseo, el ego se encuentra sin agarres en la meditación, se encuentra maniatado y boca abajo. Es entonces cuando empieza a aullar, esto es, a querer moverse, a quejarse internamente y a inventarse historias para pasar el rato hasta que suena la campanilla final de la sesión de meditación.

La postura meditativa es una ratonera para el ego, un anzuelo para pescar el ilimitado amor y la importancia personal que se profesa a sí mismo, un cepo para atrapar la permanente huida del presente que le amenaza y, sobre todo, una red para cazar el terrible miedo que le tiene a la muerte.

Lo cierto es que no podemos vivir sin ego, sin una conciencia individual integrada en el mundo social. Ahora bien, no se trata de matar al ego literalmente, pero sí de reeducarlo, de que aprenda a permitir y no a controlar neuróticamente, a escuchar en vez criticar, a ser en vez de obsesionarse con tener, a confiar en vez de defenderse sistemáticamente, y lo más difícil, a amar en vez guerrear continuamente con todo y contra todos.

Meditación Síntesis. Julián Peragón. Ed. Acanto
3
Abr
2015
2

En los remolinos del yoga

Muchos amigos y alumnos se desconciertan ante el Yoga que hacemos pues pareciera que le faltara una estructura más sólida, que no tuviera una línea definida ni un nombre o marca comercial, como otros tantos que pueden haber en el mercado de lo espiritual (por otro lado, donde todos estamos). Entonces ¿qué Yoga hacemos?, ¿cuál es mi Yoga?

He tenido la tentación de hablar de un yoga esencialista o de un yoga místico, de una nueva síntesis o de un yoga integral, qué sé yo. Pero creo que caería en un viejo error, el de ponerle un plus de diferenciación, una sobrecarga egótica e innecesaria a ese fluido milenario que es el Yoga. Todavía pensamos en términos de bueno y malo pues quisiéramos que nuestro Yoga fuese el verdadero. Pero quizás lo que nos pida el Yoga, a mi entender, es un acercamiento humilde y no pretencioso, con las cuatro letras del Yoga creo que nos basta de sobras. Sin embargo, este acercamiento (anónimo) merece la pena matizarlo. Nos hemos de explicar aunque sólo sea para aclararnos nosotros mismos.

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