YOGA SÍNTESIS
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MEDITACIÓN SÍNTESIS
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10
Ago
2015
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Meditar como una semilla

Potencialidad (semilla)

La vida está llena de paradojas, y el camino espiritual se lleva el premio gordo. La filosofía perenne no deja de clamar, y con razón, que el Ser que somos ya está presente en cada uno de los momentos que vivimos y de los actos que realizamos. Somos perfectos, y sin embargo, lo olvidamos. Jamás hemos dejado, ni por un momento, de ser la esencia que nos habita, y no obstante no dejamos de buscarla, como si la hubiéramos perdido. Ser y llegar a ser es la cuadratura del círculo en el mundo espiritual.

Podemos acercarnos al misterio de esta paradoja a través del símbolo de la semilla. Las semillas suelen ser pequeñas, y cuando las abrimos, todavía nos encontramos con un hueco más, con otro inesperado vacío. La semilla parece decirnos que, en verdad, no somos nada, pero que sorprendentemente de esa misma vacuidad surge la vida y se despliega todo. La semilla es el fruto y el fruto la nueva semilla, principio y final de una misma realidad, procesos distintos que se encadenan y complementan.

Y ése es nuestro punto de partida: somos semilla, pero podemos desplegarnos a través del árbol para ser también fruto. En la semilla está inscrito el fruto arquetípico, pues no huele, ni sabe, ni tiene color. Es pura potencialidad, todavía anhelo o sueño, impulso o proyecto, el cero contenido antes de la creación. La semilla ya lo tiene todo, pero le falta una actualización a través del tiempo, le falta el agua de la lluvia y buena tierra, el calor y la luz del sol, y el viento para poder fecundar. Le falta la mano amable del jardinero.

Con la meditación dibujamos un árbol en nuestro interior, con cada respiración sembramos y regamos, podamos y sulfatamos. Si tenemos la suficiente paciencia, veremos crecer el árbol, y veremos caer la fruta madura. No nos cabe la más mínima duda: la meditación nace en uno como semilla para morir después como fruto que se comparte.

Meditación Síntesis. Julián Peragón. Editorial Acanto

8
Ago
2015
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Las raíces del racismo

Parece que, hay en día, el árbol del racismo está sano y creciendo desmesuradamente. Sus frutos, esos brotes de racismo, agrios y repudiables por todos no explican y acotan el fenómeno amplio del racismo. Las raíces de éste se extienden por todo el suelo invisible de una sociedad discriminadora que expía sus culpas condenando los actos más extremos y violentos de este racismo y esta xenofobia que parece no tener fin, pero sin cuestionar su propia base ideológica.

¿Qué entendemos por racismo?
Es curioso observar la confusión que tenemos a la hora de utilizar el término racismo. Pues bajo el común denominador de racismo se han colado toda una serie de actitudes y comportamientos que, si bien, son discriminatorios y van en contra de la igualdad, estrictamente no pueden llamarse racistas.
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7
Ago
2015
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Entrevista a Vicente Ferrer

Julián Peragón: • Leyendo su biografía me ha impactado que nació en el mismo año que mi padre que estuvo en la Quinta del Biberón en las mismas filas republicanas. Mi padre nunca habló de la guerra, creo que cogió tanto miedo que se lo guardó muy dentro. ¿Se ha olvidado de aquella guerra civil?

Vicente Ferrer: • No, son imágenes imborrables.
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5
Ago
2015
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Carta del indio Seattle al presidente de Estados Unidos

El gran jefe de Washington envió palabra de que desea comprar nuestra tierra. El gran jefe también nos envió palabras de amistad y buenos deseos. Esto es muy amable de su parte, desde que nosotros sabemos que tiene necesidad de un poco de nuestra amistad en reciprocidad. Pero nosotros consideramos su oferta; sabemos que de no hacerlo así el hombre blanco puede venir con pistolas a quitarnos nuestra tierra. El gran jefe Seattle dice: “El gran jefe de Washington puede contar con nosotros sinceramente, como nuestros hermanos blancos pueden contar el regreso de las estaciones. Mis palabras son como las estrellas – no se pueden detener”. ¿Cómo intentar comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? La idea nos resulta extraña. Ya que nosotros no poseemos la frescura del aire o el destello del agua. ¿Cómo pueden comprarnos esto? Lo decidiremos a tiempo. Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi gente. Cada aguja brillante de pino, cada ribera arenosa, cada niebla en las maderas oscuras, cada claridad y zumbido del insecto es santo en la memoria y vivencias de mi gente. Sabemos que el hombre blanco no entiende nuestras razones.

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3
Ago
2015
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Meditar como una rueda

Centralidad (rueda)

Es cierto que la vida es un ir y venir de experiencias, y que esas experiencias se inscriben en un círculo de vivencias, unas más felices que otras. Ese gran círculo es el círculo de nuestra vida, que además está enlazado con numerosos círculos de vida de otros. Esa rueda gira y gira, pero no se ve claro adónde va: parece dar vueltas sobre sí misma. Lo que estaba en la base de la rueda tarde o temprano aparece en la cúspide, lo que estaba subiendo bajará, y así sucesivamente.

Es tremendo constatar que no podemos fijar la rueda de nuestra vida: no podemos pararla en el momento de gloria o de triunfo, no podemos pararla a determinada edad o en determinada situación. La rueda gira y parece atravesar todo el abanico humano: el éxito y el fracaso, el deseo y su ausencia, el encuentro y el desencuentro.

Atrapados en los vericuetos de la rueda, creemos que las circunstancias que vivimos son lo que aparentan, y que son buenas o malas. Igual que el burro en la noria, perseguimos las circunstancias en forma de zanahoria y huimos de aquellas que tienen pinta de palo. No nos damos cuenta de que toda circunstancia inscrita en un círculo está a la misma distancia del centro: toda circunstancia es en sí misma neutra. De hecho, el círculo tiene sentido porque hay un centro. Las experiencias vistas desde la periferia acogen el sentido inmediato, pero vistas desde la perspectiva del centro, donde contemplamos la globalidad del círculo, las experiencias adquieren un sentido más profundo, un sentido vislumbrado o querido.

El centro es el único punto de la rueda que está en quietud; es el Ser que somos el que está en ese centro, desde donde surge la globalidad de nuestra esencia. Identificarnos con algún punto de la rueda nos lleva al sufrimiento porque ese punto no lo movemos nosotros, sino el destino. En meditación intentamos trazar un radio desde cada punto hasta su centro, desde cada experiencia dolorosa, placentera o indiferente… pero no siempre acertamos a saber qué significa esto que estamos viviendo, no siempre podemos comprender la ligazón de nuestros actos contingentes. Hay que tener paciencia, poco a poco desde el centro en quietud, nuestra visión se vuelve clara.

Meditación Síntesis. Julián Peragón. Editorial Acanto

31
Jul
2015
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Brahma

En la cosmología Hindú la creación sigue el cómputo de los años del dios Brahma, cuando éste despierta de su sueño divino y abre los ojos, todo el universo se ha creado, es el día de Brahma, y cuando, por fin, en su noche cierra sus ojos, el universo entero termina. Un día en la vida de Brahma es un Kalpa y dura 4320 millones de años humanos, así un año tendremos que multiplicar por 365 días con sus días y noches. Pues bien, la vida de Brahma dura cien de estos años, sólo hay que multiplicar.

En la actualidad quedan pocos templos dedicados a Brahma en India aunque en los tiempos védicos era el dios principal pero el culto a Vishnu y a Shiva fue relegándolo a un papel secundario. Tal vez sea porque la creación se hizo en su momento y ya está concluida, y además requiere de una mayor abstracción para darle cabida en la vida cotidiana.

Brahma tiene cuatro caras y una de ellas es invisible que representan los cuatro Vedas, también tiene cuatro manos que simbolizan los cuatro puntos cardinales. Hay varias manera de representarlo, de pie, sentado sobre una flor de loto o bien montando un ganso. El ganso es símbolo del conocimiento. Cuando son 7 gansos los que tiran de un carro donde va montado representan los siete mundos. A veces viste una piel de tigre o de antílope negro. Los atributos de las manos son una jarra de agua, agua que es fuente de vida. También lleva una cuchara, un cetro y un mala para la repetición del mantra que también representa el cómputo del tiempo. A veces también lleva los Vedas y una flor de loto. Seguir leyendo

30
Jul
2015
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Wankan Tanka

Podría parecer que las Viejas Costumbres ya no pueden aportar un medio de supervivencia espiritual en el mundo blanco viciosamente desarmónico. Se podría creer que las Viejas Costumbres son una débil defensa frente al ataque de las prácticas ajenas al “mundo natural”. La mayoría de entre nosotros considera el asalto cultural y espiritual de los Blancos como una fuerza diluyente o debilitante. Nosotros creemos preferible proteger las Costumbres a dejar que ellas nos protejan.

Es cierto que las Viejas Costumbres han sido legadas para una época que nuestros antepasados no habrían podido imaginar. Así, cuando se las integra completamente, cuando uno se conforma completamente a ellas, las Viejas Costumbres nos hacen invulnerables. Gracias a ellas, no nos limitaremos a sobrevivir en el mundo blanco, sino que lo comprenderemos mejor que los mismos Blancos. No sólo debemos buscar la aplicación de las Viejas Costumbres en el “mundo moderno”, sino también comprender este mundo en su contexto.

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30
Jul
2015
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El sentido del Yoga /4

¿Conocemos a dónde queremos ir y a dónde nos puede llevar el yoga cuando nos apuntamos a practicarlo? La tradición yóguica, antes de proponer ninguna técnica, habla de su sentido, de los objetivos deseables, de las bases de una práctica sólida y de los obstáculos que nos podemos encontrar en el camino.

Escribe esta serie de artículos Julián Peragón. (1234)

Sincronía

La visión iluminada de la realidad bien podría ser eso, una visión exquisita pero, al fin y al cabo, una visión sin más. ¿Cómo sabemos que es bien real? ¿Cómo sabemos que no es una visión descarnada, parcial o ilusoria? ¿Cómo sabemos que la persona sabia que la describe con vehemencia -o nosotros mismos- no es un loco, un charlatán, un embaucador o un aficionado? Evidentemente lo sabemos cuando las visiones se plasman en la realidad, es entonces cuando vemos los errores de perspectiva y las miopías de sus argumentos. No basta con la visión grandilocuente de la realidad; hay que practicarla, hay que transitarla sobre el terreno y hay que ponernos a prueba a ver si estamos a la altura de sus verdades.
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