VIAJE

La meditación es un viaje que transita por territorios ignotos del alma. Podemos atravesarlo a solas, con nuestro coraje e intuición pero para no perdernos demasiado hemos de mirar, aunque sea de reojo, las señales de los mapas que han dejado las tradiciones y las personas sabias.
No obstante, por muchos libros que leamos y muchos maestros que consultemos, si no sabemos en qué punto exacto estamos en el territorio interior de nada nos servirán dichas pistas, pues daremos vueltas y vueltas sin llegar a ningún sitio.
Para saber dónde estamos necesitamos desarrollar una escucha en profundidad hasta llegar a tocar la realidad que vivimos dentro, aunque mirarla de frente no siempre sea grato.

Om shanti. Julián Peragón

SER ACECHADORES

De alguna manera el meditador se convierte en un ACECHADOR. Como un cazador en el bosque permanece en quietud y se mueve con sigilo, atento a que salte la presa del mecanismo inconsciente para cazarlo. Ahora una fantasía, después una queja, tal vez una duda, un juicio, una angustia, un resentimiento, tantas fieras que se esconden en la sombra de lo que somos.
Cuando estamos atentos ese bosque interior queda en silencio, la agitación se esfuma y entramos en calma. Cierto que una cosa es calmar y otra, muy diferente, transformar. Pero el cazador primero debe conocer los hábitos de sus presas.

Om shanti. Julián Peragón

PLANTAR SEMILLAS

Si plantamos una semilla necesitamos tiempo para que dé frutos, un tiempo que no depende de nuestro deseo sino del ritmo natural de la vida. De igual manera la meditación es un tiempo de siembra, pero también de poda, de abono y de riego. Y la cosecha, si es que aparece, siempre es una incógnita. Conocemos someramente la naturaleza de las intenciones que plantamos pero poco del suelo psíquico donde enraízan. Surgen, de tanto en tanto, frutos dulces y amargos pero de ambos podemos aprender para embellecer nuestro jardín interior.

Om shanti.
Julián Peragón

IR EN GLOBO

La meditación se parece a ir en globo, desde la altura se ve un horizonte más amplio. Pero sobretodo en la quietud de las alturas no notamos el viento. Y no lo notamos porque estamos dentro de él, somos llevados por su corriente.
Lo mismo pasa en la meditación cuando aterrizamos en la presencia porque entonces no notamos el pasar del tiempo. Vamos viviendo instante a instante porque estamos en el flujo del tiempo. El tiempo psicológico lo notamos cuando el deseo empuja con su insatisfacción, o el miedo nos retiene para no enfrentarnos con lo inevitable. Podemos decir que la meditación es la manera de liberarnos de la pesada carga del tiempo en el que vive el ego.

Om shanti
Julián Peragón

CALMA Y CLARIDAD

Si tuviéramos que definir la meditación con sólo dos palabras, diríamos CALMA y CLARIDAD. Calma porque tenemos demasiado ruido, en el cuerpo a través de las tensiones, en los emociones desbocadas y en la mente a nivel de agitación, preocupación y obsesiones. La meditación, en primer lugar, nos ayuda a encontrar calma en todos los niveles. Calma para conseguir salud en cuerpo y mente.
Pero la meditación no es sólo terapia sino conocimiento. Cuando aparece la calma podemos ver con mayor profundidad lo que somos en este momento e indagar en los mecanismos neuróticos que nos hacen sufrir. Pero también nos permite captar, entender y disfrutar esta existencia que nos ha sido otorgada. Om shanti.

Julián Peragón